Resilencia e innovación son claves para acceder a la Alta Dirección en las empresas
43% de las líderes buscan convertirse en modelos a seguir y abrir espacios para las nuevas generaciones en la Alta Dirección.
Cerrar la brecha de género sigue siendo un tema pendiente, sobre todo en la Alta Dirección, donde las mujeres también se enfrentan con estereotipos que frenan su desarrollo profesional.
Sin embargo, desde esa posición, las directivas tienen la oportunidad de trabajar; para que más mujeres puedan acceder a los escaños desde donde puedan ejercer el liderazgo y seguir transformando la sociedad en pro de la paridad.
Diversos estudios demuestran que aún existe una importante brecha en cuanto al número de posiciones de liderazgo que ocupa el talento femenino respecto a las que ocupan los hombres.
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Este bajo nivel de representatividad perpetúa las condiciones de inequidad en las empresas.
En este contexto, la firma KPMG en México, dio a conocer el estudio Mujeres de la Alta Dirección en México 2023. Liderazgo femenino resiliente a largo plazo; en el que se analiza cómo ha sido el desarrollo de las mujeres líderes en las empresas, profundizando en temas como sus motivaciones para alcanzar el éxito, las fortalezas que les permiten superar los retos y aquello que consideran necesario para consolidar la equidad de género en sus organizaciones.
Mujeres ocupan solo el 8% de las direcciones de finanzas en México
Entre los hallazgos destaca que el 72% de las mujeres aseguran que la capacidad para adaptarse, así como ser ágiles y resilientes, ha sido fundamental para superar los retos que presenta el contexto global actual.
Olivia Segura, socia de Asesoría en Capital Humano y Gestión del Talento de KPMG en México, resaltó que “La innovación ocupa el segundo lugar en las prioridades de las mujeres de la Alta Dirección, pues se trata de un atributo que ha posibilitado la sobrevivencia de los negocios más exitosos durante la crisis”.
Agregó que, “al mismo tiempo, la innovación ha permitido que emerjan nuevos modelos para atender las necesidades de los consumidores, posibilitando que el liderazgo se reinvente y mejore su capacidad para transformar los negocios, así como gestionar a sus equipos de trabajo”.
Fortalezas y desafíos
El 71% de las tomadoras de decisión mencionan que uno de los principales retos que identifican para lograr que su desempeño sea óptimo y exitoso es la posibilidad de balancear vida personal y profesional.
El 80% de las directivas reconocen que el trabajo híbrido podría ser parte de la solución, ya que mejora su calidad de vida y el 78% considera que la flexibilidad ofrece un mejor balance entre vida y trabajo.
Asimismo, el 80% de ellas indica que el trabajo flexible facilita que puedan ejercer la maternidad, y participar en actividades sin tener que elegir entre la carrera y la familia.
Lo que las mueve
Por otro lado, el 49% de las ejecutivas encuestadas revelaron que una de las principales motivaciones para alcanzar el éxito es crecer profesionalmente y desarrollar nuevas competencias.
El 43% señaló que entre sus planes está convertirse en modelos a seguir y abrir espacios para las nuevas generaciones en la Alta Dirección; un dato alentador si consideramos la falta de modelos de referencia o role models femeninos.
El 36% de las altas ejecutivas también se ven motivadas por crear un impacto positivo en la sociedad, el 33% por impulsar al talento, en tanto que el 27% busca consolidar la resiliencia, innovar y redefinir el modelo de negocio de su organización.
La investigación también evidenció que el 62% desean capacitarse en competencias técnicas y conductuales (soft skills) para renovar sus conocimientos y habilidades; el 46% busca lograr un balance entre vida y trabajo, mientras que el 40% quiere generar un cambio cultural en la sociedad sobre el papel de la mujer en los negocios.
En lo que respecta a la equidad salarial, el 51% de las directivas menciona que identifica áreas de mejora.
Olivia Segura concluye que las empresas que se preocupan por establecer y mantener una cultura laboral equitativa y de inclusión deben analizar continuamente cuáles son los comportamientos que se están premiando y aquellos ante los que debe existir una política de tolerancia cero, así como cuidar que las políticas establecidas y los estilos de liderazgo promuevan mensajes congruentes con sus valores.